domingo, 9 de enero de 2011

Un año 2011 para eliminar grasa

Este año ha empezado de forma muy extraña para mí. Me enfrento a un inicio de temporada muy tormentoso por muchos motivos, que no vienen al caso, y vienen semanas difíciles. Por otro lado ha sido el primer año en el que he podido disfrutar de los Reyes junto con Jaime ya plenamente consciente, y ha sido una experiencia especial.

Los niños nunca dejan de sorprenderte, lo cual es una de las grandes cosas que te ofrecen, y mi hijo ha hecho algo que me ha dado mucho que pensar estos días.

Cuando llegamos a casa tras haber visitado todas las casas en las que los Reyes habían dejado algo para él (tíos, abuelos, etc.), empezó a revolver entre todos sus juguetes, y a separar muchos de ellos. Cuando le pregunté el porqué, me dijo, todo serio: "Estos juguetes son de cuando era pequeño, se los voy a regalar a mi primo". Me quedé realmente impactado por la frialdad y la generosidad con la que estuvo separando juguetes de los que hasta hace poco era inseparable.

Siempre he tenido un problema con el apego a las cosas. Mi casa está llena de viejos recuerdos, papeles y objetos que en su momento significaron algo pero que ahora no son más que un estorbo más. Y sin embargo siguen acumulando polvo y amarillean en estanterías y cajones.

He tomado buena nota de lo que, una vez más, mi hijo me ha enseñado, y me dispongo a afrontar un año en el que quiero dejar atrás muchas cosas del pasado, que es el momento de olvidar y/o eliminar de mi vida. Y quiero ir quemando la grasa que por muchos motivos he ido acumulando estos diez años.

Y este blog recogerá, espero, los resultados de este proceso. Lo siento por los que vienen aquí sobre todo por la música (también habrá, y mucha). Espero me sepáis perdonar esta dosis de egocentrismo y autoayuda gratuitos.

10 comentarios:

Alicia dijo...

¡¡¡BRAVO!!!!
Trabajar el apego, muuy grande Barber.

Ardilla dijo...

Si miras por encima de tu hombro, te vas a acostumbrar a verme cerca. Un abrazo

Rosqui dijo...

Yo también soy muy de síndrome de diógenes sentimental!Peeero he aprendido que no necesito conservar lo material para recordar! Así que me uniré a tu causa!a la de desengrasarme también ;)

Javier dijo...

Ángel, buena forma de afrontar el año. Hay que soltar lastre, sin duda.

iamroberto dijo...

¡Mucho ánimo! Espero que 2011 sea para todos el año de desprendernos de lo que no nos hace falta ;-)

cavalleto dijo...

Cómo me suena este tema :P

Hace un mes escribí algo parecido y lo he llevado a cabo.

Ahora he perdido 6kg y tengo ya una rutina de correr 3 veces a la semana.

Mi perfil es idéntico al tuyo, padre reciente y con poco tiempo (y poca ayuda familiar para tenerlo).

Ánimo

Anónimo dijo...

Ánimo con tu Diógenes. Tu sabes que yo fui más bien empujado a realizar esta limpieza, pero he pasado/paso por el mismo proceso para evitar que los viejos hábitos vuelvan a calar. Hay muy pocas cosas que uno no pueda reponer o reemplazar con una tarjeta de crédito con suficiente límite en un centro comercial bien abastecido; esas son las que tienes que atesorar.

Siempre recuerdo la escena de la Lista de Schindler del desalojo de los judios de sus casas cuando los llevaban al gueto. Aparte de joyas y demás, lo que se llevan son las fotos, los recuerdos, un instrumento musical, un libro querido. Y algo de la puerta; las bisagras, las llaves, como hicieron los sefardies, porque aunque las cosas se puedan reemplazar también tienes que recordar.

Un abrazo,

Unknown dijo...

Gracias, amigos. Lo mejor de todo es que sé que el camino no lo hago solo :)

Cavalleto, lo de la dieta me lo comentó devuelta. Ya te contaré mis progresos ;)

Multimaniaco, es una imagen perfecta, la de las bisagras. Sabes que desde ayer llevo un objeto en el bolsillo, para recordar?

chechi dijo...

Me haría feliz saber que he tenido que ver -al menos un poquito- en esa decisión. Sabes que estaré junto a ti en todo el proceso. Para ayudarte, para animarte y para brindar contigo cuando lo hayas conseguido.

Doing the unstuck. Podría pasar horas contándote la cantidad de veces que tuve que enfrentarme al desarraigo. Y no hubo ni una sola vez en la que me haya arrepentido después. Cualquier pertenencia es peso que cargamos sobre nuestras espaldas. Tiene que valer mucho la pena para que compense el esfuerzo. Viajar liviano te hace libre, y nunca, por nada del mundo, debes comprometer tu libertad.

Mucha fuerza. Y recuerda, una vez más, que esto también pasará.

Te quiero un montón.

Unknown dijo...

Chechi, desde luego, tú has tenido mucha culpa en la decisión, para bien y para mal :) Eres fuente de inspiración para muchas cosas, y esta es una de ellas sin duda.

Es una suerte tenerte a mi lado en el camino.