Los que me conocen a veces me echan en cara que soy frío. Mi Twitter, a juzgar por varias opiniones que he recogido directamente, me dibuja como un hijoputa light, un gilipollas o un cínico.
Puede que sea todo lo anterior, pero ante todo, lo que siempre he buscado es remover conciencias, la propia y las ajenas.
Por eso no puedo dejar de reconocer que estoy emocionado con lo que está pasando en España en este momento, y creo que supone un cambio real que tardaremos en valorar. Los análisis sesudos los dejo para más adelante.
Ahora os dejo, he de seguir sintonizando la historia en Twitter.
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